Cuando mi estimada amiga y compañera Virginia Rosique, me pidió, tímidamente, que le escribiera una letras que describieran las sensaciones que yo experimentaba con su primera exposición, poco se podía imaginar que muy pronto le llegaría el reconocimiento de una entidad tan importante como es el Festival Internacional del Cante de las Minas.
Los escritos que acompañaban su magnifica exposición fueron ilustrados por un servidor y el prestigioso fotógrafo catalán Toni Blanco (también premiado en la reciente edición del Festival Minero).
Lleno de orgullo acogí su ofrecimiento, ese que supone que alguien te confié el apadrinamiento del fruto de su creación.
Impresionante, pude experimentar una muy agradable sensación, llena de vida y frescura.
A través de su obra, percibí, esa osada ingenuidad que nace sin ninguna otra ambición que su amor y respeto por este arte, que es lo que la hace grande.
Puedo asegurar, que con Virginia Rosique, la fotografía "jonda" tiene un nuevo valor en alza, creatividad y sensibilidad no le faltan.
Al menos yo lo siento así.
Un sentimiento
flamenco nos cautiva en esta sala. Sensaciones difíciles de explicar, emociones,
momentos únicos, irrepetibles, que son captados en movimiento.
Arte que atrapa el arte, sentimiento que
expresa sentimiento.
A través de un objetivo, percibimos
sensaciones que nos pellizcan en nuestro interior, momentos vividos y que han
permanecido inalterables a través de sus formas, colores, sonidos y movimientos
y que hoy se nos presentan para impregnarnos de “Sentir Flamenco”. Esas sensaciones
que Virginia exterioriza a través de su obra, con el sentir más profundo
de su afición, de su corazón flamenco.
Descubrimos el misterio, la dulzura, la emoción, la alegría, el llanto y
la melancolía… estados emocionales que van unidos al sentimiento humano, al “Sentir Flamenco”, ocupando de forma
incorpórea ese espacio que une “Arte,
Talento y Corazón”. Sentimos el “Duende”, ese del que tanto hablamos los flamencos, algo que
tantas veces hemos sentido, pero nunca hemos podido ver.
Ese aroma y
sabor inconfundible que desprende el Arte Flamenco, la majestuosidad de su
baile con el señorío que desprende una bata de cola, unas manos lanzan el
compás reproduciendo sonidos del corazón, un tacón nos anuncia la grandeza de
una soleá o de una siguiriya… una guitarra sonando con trémolos celestiales lanzados al viento
esperando el susurro del eco de su
sentir.
Un escenario,
una silla con un matón, una imagen desnuda esperando que cada uno pueda llenar
con su propio “Sentir Flamenco” , un
cante por soleá que nace en mi propio sentimiento.
LO QUE YO LLEVO EN MI
MENTE
QUE EN ESA SILLA VACÍA
DEBÍA DE ESTAR MORENTE
“Sentir Flamenco” es algo que su autora nos muestra mediante sus
fotografías, mediante su forma de poder sentir y percibir el arte. Yo he experimentado muchas y variadas agradables
sensaciones, espero y deseo que a través de esta obra que cada cual pueda
sentir las suyas propias.
PACO PAREDES
LA UNIÓN, MARZO 2014.
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